viernes, 26 de noviembre de 2010

ÚLTIMOS DÍAS DE CLASE !!!!!!

Si leyeron el cuento "Treinta y dos grados" del libro Corazón de Edmundo D´Amici, publicado por mí hace dos días, entenderán ahora el por qué lo elegí !!!
Fue escrito en 1886, y es el diario de un niño llamado Enrique, que cursa tercer grado en la Escuela Municipal de Turín.
Quienes lo hemos leído cuando éramos chicos llegábamos hasta las lágrimas cada vez que lo releíamos.
Pero las cosas han cambiado mucho en más de cien años, aunque la escuela gracias a Dios sigue teniendo algunos maestros y profesores como el del cuento, lamentablemente no son tantos, pero los hay.
Personas comprensivas con su alumno y comprometidas en su quehacer. Que tienen en cuenta que pasa con cada uno y no como la señorita Belén que está cansada, fatigada y deseando no verlos más.
Si los docentes están cansados y fatigados, como no lo estarán los alumnos que de golpe le llueven los trabajos prácticos que no se hicieron durante el año y que sin explicación ninguna y sin libro tienen que entregarlos en 48 horas, como si fuera la única materia que cursan.
Algunos tienen 72 horas, no es tanto más pues los docentes en la secundaria son muchos.
Recién llegó un chico de 5to. año de la secundaria con un trabajo práctico entregado ayer para hoy a la noce, los temas no se dieron en clase, seguro recién los aprendió.
¿Para qué sirvió este trabajo ?, para cumplir con el profesor que seguramente puso en la libreta como que los dio.
O el caso de Brenda que vivía en la Patagonia y tuvo que venir a vivir al Gran Buenos Aires y no se la tuvo en cuenta, fue otra más en el aula. No se le respetó su período de adaptación, ni su cultura ni lo que sufre un chico cuando se muda de entorno.
Ella cuenta como era su lugar, en donde las veredas están adornadas con rosales, y ante la pregunta de sus compañeros:
_ ¿ Y no las arrancan?, ella contesta muy seria:
_ Está prohibido.
Los demás se ríen y dicen acá no queda una.
A Brenda le cuesta acostumbrarse a esto y a los gritos de los docentes, que allá eran sus vecinos.
Dicen que es tímida, callada, que le cuesta hacer amigos, es que no entienden que viene de otra cultura.
Y después me dicen que están los docentes cansados, a la gran mayoría pregunto ¿De qué?
Por eso me refería a este cuento que me gustaría que lo lean, búsquenlo en este blog, porque ante un niño que se durmió en clase, ya que trabajaba antes de ir a la escuela, el maestro no sólo no lo despertó, ni lo reprendió sino que le dijo:
"Tu sueño es el sueño del cansancio, no el de la pereza".
Es fácil de comprender que le pasa a un chico cuando uno lo conoce, a esta altura del año todos deberían conocer que le pasa a cada alumno, aunque tengan "40", como me suelen decir.
Es cierto que la sociedad cambió, pero el amor sigue siendo el mismo.
Nadie aprende bajo amenazas que luego traen más conflictos que soluciones.
Se aprende queriendo al docente, así como lo leen, amándolo como persona, no por lo que sabe; sino sucede lo contrario, ante la perspectiva de que te llevarás la materia y no hay una explicación, sino entienden que pasó con ellos, las ganas de estudiar se retiran y a veces para siempre!!!
Cuidado que tenemos los docentes en nuestras manos algo precioso que es el futuro de nuestra gente, enseñemos con amor, calidez y una sonrisa, ese es el mejor antídoto para la pereza.
Expliquemos que tiene que rendir un examen porque no alcanzó algunos objetivos y no por vago, porque la carpeta no está completa o porque me contestó de malas maneras, allá por junio. Sino nos pondremos a la altura de un adolescente y somos adultos. ¿No?
Esperemos que no se agreguen más días de clase, que no se recorten las vacaciones, pues esto no soluciona nada, muchos días de la semana no están bien aprovechados.
No se puede perder tiempo ahora en Ferias interminables y pocas explicaciones de la materia, en las danzas para fin de año, que parecen más importantes que el saber.
No estoy en contra de estas cosas, más, me gustan pero veo que llevan más tiempo que el necesario y allí también se acortan las clases.
No os quedéis sin las tan merecidas vacaciones porque el hijo se lleva las materias, él también debe descansar sino no podrá tener éxito en su examen.
El cerebro lo necesita, el joven o niño que le fue mal en su año escolar sufre más la agotadora tarea que le espera.
El calor y la ansiedad de no saber como le fue en su ciclo lectivo hace que se irrite por nada.
Así que pido paciencia a los padres y mucho más a los docentes que son profesionales de la educación, a aquellos que sólo son trabajadores y cumplen por un sueldo, no les puedo pedir nada!!!


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