miércoles, 13 de mayo de 2009

INFLUENCIA DE LA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN!!!

Esto pasó hace 25 años en una escuela del Barrio Trujui, aunque no lo puedan creer!
Es una experiencia que marcó la vida de mi hijo, para siempre!!
E-mail enviado a quien es ahora la directora de la misma, hija de la Sra. de Luppi, una verdadera visionaria!!!!!!!! En memoria de ella, Gracias!

Estimada Alejandra:

Soy un exalumno de la escuela y desarrollé una nueva tecnología de computación. Me enteré que ya están al tanto de ello, y de la repercusión del proyecto en los medios.
Quería aprovechar esta oportunidad para comentarles un poco en qué aspectos influyó el colegio en mi relación con las computadoras.

Cuando estaba cursando principios del cuarto grado, o quizás fines del tercero, los maestros nos convocaron a la bibilioteca, a ver "algo nuevo" que habían comprado para el colegio. Se trataba de una computadora Texas Instruments 99, la cual , como corresponde, había sido conectada a un televisor. Los maestros nos dijeron "esto es una computadora", y acto seguido pusieron en funcionamiento un programa que, entre otras cosas, mostraba unas figuras y hacía sonar unas melodías. Cuando ya se había demostrado su funcionamiento, detuvieron el sistema apretando un botón.

Yo nunca había visto una computadora ni nada que se le parezca, pero realmente me había parecido algo asombroso. Tuve la suficiente intuición como para darme cuenta que el aparato podía hacer lo que uno le instruyera que haga, y que eso que hacía podía no estar predeterminado de antemano, o sea, básicamente mi mente vislumbró que el aparato era programable y también interactivo, sin que nadie me lo explicara en esos términos y sin conocer tampoco esas palabras. Pero en ese momento sentí que se abrían las compuertas a un mundo totalmente nuevo, misterioso y mágico.

Ese sentimiento hacia las computadoras y ese nivel de interés, me han acompañado toda la vida, a partir de ese preciso instante que quedó marcado a fuego.

Luego comenzaron las clases de computación, que se realizaron inicialmente solo en teoría, para luego abarcar también la práctica al ingresar a la misteriosa y por casi todos deseada sala de computación, la cual cuidaban en la escuela como uno de sus más preciados tesoros. Ya en las clases teóricas -sobre los aspectos básicos del Logo- pude comprender la esencia de la programación. Sentí que el lenguaje de las computadoras, basado en estructuras lógicas, resultaba perfectamente natural para mi.

Debido a la escasa cantidad de máquinas con que la escuela disponía en aquella época, en ocasiones eramos una decena de alumnos por máquina. Como anécdota recuerdo que,
sin embargo, para mi eso no era impedimento sino disfrute, ya que igualmente me sentía como pez en el agua, porque en muchas ocasiones tenía la posibilidad de dirigir al grupo para llevar adelante las acciones propuestas en clase, e incluso las que yo mismo proponía.

A partir de aquella época, dedicarme a la computación es lo que más me interesa. He tenido también oportunidad de transmitir ese interés como docente en la UBA, aunque ahora me dedico principalmente a la generación e implementacion de nuevos proyectos, la gran mayoría de carácter científico y casi siempre con algún grado de impacto social.

Mi agradecimiento al colegio no tiene límites, puedo asegurarlo desde lo mas profundo de mi corazón. Les agradezco que hayan tenido la suficiente y correcta visión, y a tiempo, por el grandísimo impacto que ello tuvo en mi vida, destacando la importancia de la enseñanza de la tecnología. Desde siempre deseo que lo que aprendo vuelva a la sociedad en una forma positiva. Por tal motivo, a través de mis proyectos intento colaborar, humildemente, con la ciencia, la salud, con las entidades estatales -como el CONICET- y con todos quienes apuestan a convertir el avance científico y tecnológico en un bien para la sociedad.

A mis maestros, quienes me han influenciado positivamente no solo en lo intelectual si no también en lo espiritual, mis más profundos cariños. Ellos me han enseñado lo más básico e importante: a leer y escribir, a hacer cuentas, a relacionarme con los demás, incluso a redactar cartas! lo recuerdo hoy perfectamente, como si fuese ayer.
A todos ellos, pero en especial: Señorita Josefina de segundo grado, Maestro Antonio de tercero y cuarto, Maestro Juan José de quinto y Señorita Mirta, de computación.

Atte,
Victor Suárez Rovere.

3 comentarios:

Gabriela Spadoni dijo...

Hola Rosa, muy gratificante leer este testimonio. Interesantísimo!!!

Te envío un fuerte abrazo y agradezco tus visitas en el blog, así como que acompañes la idea de inclusión de tics en educación!!!

Gabriela Spadoni
http://eduticsantafe.blogspot.com

Unknown dijo...

una carta con una reflexión muy hermosa sobre la infancia, sobre la computación y sobre cómo la experiencia escolar condiciona nuestro futuro como adultos

... además está muy bien escrita

gracias
manuel area

Rosa Rovere dijo...

Muchas gracias!!!!!!!!!!!Como ven si será importante la inclusión de los tics, y como educadora muy de acuerdo con que la experiencia escolar condiciona nuestro futuro!!!!